Todos los proveedores de servicios médicos (doctores, enfermeras, farmacéuticos, terapistas físicos, hospitales, clínicas, entre otros) tienen la obligación de brindarle a sus pacientes una atención médica competente y adecuada. El hospital tiene responsabilidad de establecer protocolos y procedimientos acerca de cómo debe ser el cuidado de los pacientes en función de las distintas condiciones médicas que pueden presentar.
Además, el hospital debe establecer políticas que se rijan por los más altos estándares de calidad de la profesión médica. El incumplimiento de dicho deber de establecer protocolos y procedimientos, así como la falta de supervisión e implementación de las mejores prácticas de la medicina, podrían desencadenar en una mala práctica médica que le cause lesiones, o incluso, la muerte a un paciente.